Los siete cavernícolas están tan animados jugando junto a la hoguera que no son capaces de darse cuenta de que el peligro está más cerca de lo que piensan02026; Y de repente, ¡zas!, problemas, y deben salir pitando en busca del apreciado fuego sin saber ni mucho ni poco cómo conseguirlo. Suerte que cuentan con la ayuda de Neandi y sus piedras milagrosas para evitar que Peloverde les lance algún conjuro maligno02026;.