Antes de que Anna salvase a Arendelle, era una chica sin muchos amigos, solitaria, sobre todo cuando sus padres se marchaban de viaje sin ella. Anna se inventa entonces a una chica de su misma edad, Astrid, y le envi´a una carta; pero, para su sorpresa, ¡Astrid le contesta! Tan pronto como las dos se hacen amigas, Anna empieza a preguntarse si en realidad Astrid esta´ ma´s cerca de lo que se imaginaba...